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El lenguaje constituye una actividad humana compleja que asegura dos funciones básicas: la de comunicación y la de representación, mediante las cuales, a su vez, cabe regular la conducta propia y la ajena. Son funciones, por otra parte, que no se excluyen entre sí, sino que aparecen de forma interrelacionada en la actividad lingüística. La educación y el aprendizaje en esta asignatura han de atender a esa múltiple funcionalidad de la lengua, en sus funciones tanto de comunicación y de representación, como de regulación del comportamiento ajeno y propio. Ha de incluir también una iniciación al texto literario como manifestación de la dimensión estética de la lengua. 

Los seres humanos se comunican entre sí a través de diferentes medios y sistemas: los gestos, la música, las representaciones plásticas, los símbolos numéricos y gráficos. El lenguaje verbal, medio universal de comunicación, permite recibir y transmitir informaciones de diversa índole e influir sobre las otras personas con las que interactuamos, regulando y orientando su actividad, al mismo tiempo que ellas influyen sobre nosotros y pueden regular y orientar nuestra propia actividad. La comunicación es, por consiguiente, una función esencial del lenguaje en el intercambio social. 

El objetivo básico de la enseñanza de la Lengua y de la Literatura en la Educación Secundaria Obligatoria ha de ser que los alumnos progresen en el dominio del empleo del idioma con precisión y riqueza en los aspectos de su uso oral, escrito y, también, en la lectura. En el transcurso de la Educación Secundaria Obligatoria la didáctica estará dirigida a afianzar estas competencias, con especial hincapié en la expresión escrita, cuyo dominio todavía es limitado. De igual forma, cobra especial importancia en el contexto que nos ocupa trabajar el lenguaje oral, ya que los alumnos de nuestro programa son alumnos que muestran diferentes grados de bilingüismo, y prácticamente la totalidad tiene una tendencia muy marcada a hablar en inglés en la escuela y con sus compañeros y amigos. Es por tanto fundamental hacer hincapié en la expresión oral. En suma, se trata en esta etapa de enriquecer el lenguaje, oral y escrito, en el doble proceso de comprensión y de expresión, y de avanzar en la educación literaria.


El alumno es el protagonista activo en el proceso de comunicación lingüística en su doble dimensión: de recepción y de creación. El desarrollo de su capacidad lingüística depende, en gran medida, del intercambio comunicativo con los compañeros y con el profesor en el marco escolar. En este sentido, es fundamental que la comunicación entre el profesor y los alumnos se haga en español, sin embargo, como se ha dicho, es un hecho que los alumnos tienden a comunicarse en inglés entre ellos, por lo que será un objetivo importante hacer que estos intercambios se produzcan también en  MINISTERIO DE EDUCACIÓN          español, de manera natural y no sólo como parte de actividades programadas. En todas las asignaturas, se aprende lengua al realizar los aprendizajes específicos. El dominio del discurso adecuado a las situaciones de aprendizaje es una responsabilidad de la escuela en las diferentes materias, ya que desde todas ellas se ha de colaborar al desarrollo de la capacidad de utilizar el lenguaje como instrumento de representación y de conocimiento. En particular, todas las asignaturas lingüísticas que buscan el desarrollo y mejora de la capacidad de comprensión y expresión, deben participar de un marco de referencia común y de unos criterios didácticos coherentes y que respeten la especificidad de cada disciplina. En lo que nos concierne, esto debe abordarse en las áreas de lengua y literatura, ciencias sociales y matemáticas, en este último caso en los grados donde se impartan en español, pues el resto de materias se enseñan en inglés. Por otro lado, desde nuestros departamentos y en colaboración con la Agregaduría de Educación del Consulado se deben impulsar actividades extraescolares que estimulen la expresión escrita y oral en nuestra lengua, como concursos de lectura, proyectos sobre España, Hispanoamérica, etc. 


En esta etapa, como en Educación Primaria, es necesario partir de los usos reales de la lengua que utilizan los alumnos. El entorno lingüístico en el que viven, junto con los factores culturales y socioeconómicos que lo determinan, traen consigo importantes diferencias en la competencia y usos lingüísticos de nuestros alumnos. Es preciso asumir su bagaje lingüístico, bagaje particularmente variado, con alumnos que proceden de todos los rincones de Hispanoamérica, muchos ya nacidos en Miami, donde por su situación de diglosia se desarrolla una variante de español muy expuesta al influjo del inglés. Será de especial relevancia, por tanto, potenciar patrones lingüísticos que amplíen las posibilidades de comunicación, a la vez que reconozcan, aquí más que en cualquier otro lugar, las variedades del español, al mismo tiempo que depuren, con la prudencia debida, los usos incorrectos debidos a las transferencias lingüísticas negativas desde el inglés. En este enriquecimiento el uso de la lengua por parte del profesor y el empleo de los textos utilizados han de desempeñar una función modélica para lograr una mejor competencia lingüística. 


En todo caso, los alumnos han de ser capaces de apreciar las diferentes variedades lingüísticas del español, en los planos diastrático, diafásico y diatópico. 


El dominio de la lengua hablada es una condición previa para dominar la lengua escrita. Las deficiencias en la primera acaban reflejándose en la segunda. En cualquier caso, lenguaje oral y lenguaje escrito se apoyan mutuamente, lo que obliga a plantear su enseñanza y aprendizaje, como ya fue tradición occidental, en estrecha relación. 


Como resultado de los aprendizajes del nivel anterior, al comienzo de la Educación Secundaria Obligatoria, los alumnos han de dominar las relaciones entre sonidos, fonemas y grafías. Se trata de un conjunto de relaciones cuyo conocimiento debe consolidarse en esta etapa, en estrecha dependencia de la función comunicativa de la lengua y en relación con los dos ejes fundamentales de comprensión y de expresión. La enseñanza de la escritura ha de afirmar y desarrollar los elementos de selección, anticipación, planificación y estructuración de los mensajes, elementos que, presentes también en las creaciones orales, adquieren importancia considerable en las creaciones escritas, en las que es posible leer y releer innumerables veces, e igualmente es posible revisar un texto y modificarlo antes de darlo por terminado. 


El dominio de la lengua escrita debe permitir a los alumnos descubrir las posibilidades que ofrece la lectura y la escritura, como fuentes de placer y de fantasía, de información y de saber. Los textos escritos, sobre todo los literarios, ofrecen especiales posibilidades de disfrute, tanto en su lectura y comprensión, como en su creación. Los alumnos han de ser capaces de hacer un uso personal tanto de la palabra escrita, como de los usos orales, explorando sus propias posibilidades y tratando de expresarse con precisión y riqueza de recursos lingüísticos. 


Aprender lengua supone el conocimiento de los principios gramaticales básicos entendidos como conocimientos sistemáticos de las clases de palabras, de las combinaciones posibles entre ellas y de las relaciones de estas expresiones con los significados. Existen, pues, en la enseñanza de la lengua en esta etapa unos conocimientos fundamentales: relaciones entre sonidos y grafías, principios gramaticales básicos que rigen la norma panhispánica, y el análisis de los problemas léxicos más importantes. Éstos se aplican a la observación de las principales funciones lingüísticas y a los textos de naturaleza prototípica en un doble proceso de estudio y de creación. Acompañan a estos módulos unas técnicas de trabajo de carácter sumamente práctico, pues siempre hay que considerar que la lengua va a ser el instrumento primero en los trabajos de los alumnos durante toda su vida; a estas técnicas de trabajo se han aplicado los elementos que hoy las nuevas tecnologías ponen a nuestro alcance y que ya son vitales en la nueva sociedad. Los alumnos de esta etapa, como ciudadanos, tienen que conocer las relaciones que se establecen entre la lengua y la sociedad. El conocimiento riguroso de estas relaciones les va a permitir entender el mundo que los rodea, ya sea en el carácter plurilingüe de Miami, como en las dimensiones españolas e hispanoamericanas de la lengua. Este mismo principio teórico se ha aplicado a la enseñanza de la Literatura, en la que se recomienda el uso de ejemplos que reflejen la variedad lingüística mencionada, pero con un especial hincapié en los autores españoles, pues no hay que olvidar la naturaleza del programa. 


Respecto de la Literatura, la educación en esta etapa ha de desarrollar el conocimiento y el aprecio del hecho literario como hecho lingüístico, producto de un modo de comunicación específico, analizando y considerando los principales tipos de procedimientos literarios como expresión del mundo personal y como producto social y cultural que se enmarca en un contexto histórico.  


La finalidad primordial que se persigue con la enseñanza de la Lengua Española y Literatura en el Programa de Estudios Internacionales consiste en que el alumno alcance un buen dominio de la lengua española, que le permita comunicarse con propiedad y riqueza en cualquier tipo de situación, integrarse y progresar socialmente en un contexto donde, si bien el español no goza del estatus de lengua oficial, sí que es una lengua de reconocida relevancia, reflejo de la sociedad de Miami, donde la mayoría la población es de origen hispano. 


Si el desarrollo de la vida diaria y cotidiana en cualquiera de sus dimensiones necesita de la lengua, también es verdad que la lengua es y ha sido depositaria y transmisora de la experiencia de varios siglos. Por ello, el conocimiento e interpretación de las obras producidas a lo largo del tiempo es importante y enriquecedor, como importante y enriquecedor es que el alumno valore la realidad plurilingüe de Miami y tenga presentes las variedades del español. Las clases de lengua y de literatura en la Educación Secundaria Obligatoria han de tener un carácter eminentemente práctico y gradual y deben basarse en el uso comunicativo y expresivo de la lengua. En ellas ha de fomentarse no sólo el trabajo individual sino también en equipo, y ha de buscarse, asimismo, la atención individualizada para adecuar el proceso de enseñanza al de aprendizaje. La práctica docente debe concentrarse en actividades encaminadas a desarrollar y mejorar la capacidad de comprensión y de expresión del alumno en toda clase de situaciones. De ahí que la lectura, oral y silenciosa, la recepción de mensajes orales diversos y la creación de textos orales y escritos deban ocupar un puesto destacado.


El tercer eje debe ser el análisis de textos, elegidos de acuerdo con la edad y los intereses de los alumnos. Se debe estimular el gusto por la lectura, en particular de obras literarias, y facilitar el acceso a los libros, ya sea con la creación de bibliotecas de aula, ya con la provisión de fondos en las de los centros o el acercamiento a las bibliotecas de barrio, y creando la necesidad de que los alumnos formen su biblioteca personal. En este sentido, en los cursos primero y segundo, en los que conviene primar la lectura, hay que afianzar el dominio de sus mecanismos para que la comprensión del texto no se vea limitada. Se puede facilitar la lectura comprensiva por medio de una serie de preguntas, nunca muchas, orientadas hacia aspectos importantes de la obra. En los cursos tercero y cuarto, la lectura sigue ocupando un lugar destacado. Se debe ahondar en la lectura comprensiva y, dado que se inicia el acercamiento a la literatura siguiendo un orden cronológico, debe intentarse que el alumno aprecie en qué medida se refleja en la obra la época en que fue creada. La lectura de obras completas y de   fragmentos representativos, debidamente contextualizados y analizados, puede ser una vía de acceso a la literatura. 


Debe fomentarse la creación de textos de todo tipo, jugando con las posibilidades que ofrece su recreación, por ejemplo, variando el enfoque o el modo de organizar los elementos que los configuran, cambiando el registro, variando estructuras sintácticas, sustituyendo unas por otras, ... 


Si bien en los cursos primero y segundo se toman como punto de partida diversos tipos de textos (narrativos, dialogados, expositivos, etc.) en los cursos tercero y cuarto, además de aumentar el grado de complejidad de los textos citados anteriormente, se debe insistir en los de tipo expositivo y argumentativo, que exigen, por sus propias características, una mayor atención y orden, así como un lenguaje más abstracto y preciso. 


A lo largo de toda la etapa ha de contarse con un tiempo dedicado en especial a que el alumno afiance y amplíe progresivamente su conocimiento de la variedad oral. De ahí la conveniencia, ya en los cursos primero y segundo, de que los alumnos se acostumbren a resumir un texto oral o escrito, a exponer sus opiniones o un tema dado ante sus compañeros, y lo hagan con la corrección adecuada a su edad y nivel educativo. 


En la actividad docente ha de insistirse en el empleo de la lengua escrita como técnica del trabajo intelectual, como medio de comunicación en la vida cotidiana y como camino de reflexión y de meditación de los conocimientos. También han de ocupar un tiempo suficiente las Tecnologías de la Información y la Comunicación, tanto por las posibilidades que ofrecen como auxiliares en la realización de las diferentes tareas escolares, cuanto en el propio quehacer cotidiano de los alumnos. 


El análisis de textos también puede ser un buen instrumento de aprendizaje por cuanto facilita su interpretación, la reflexión sobre los mecanismos que rigen su composición y sobre los procedimientos utilizados. En consecuencia, puede convertirse en una ayuda eficaz a la hora de adquirir las técnicas y la soltura necesarias para la elaboración de textos. 


El análisis ha de extenderse, asimismo, hacia los medios de comunicación: conocer y estudiar los resortes y posibilidades (verbales y no verbales) que poseen y emplean son tareas que han de desarrollarse a lo largo de la etapa. Con ello se buscará fomentar el espíritu crítico y valorativo de los alumnos no sólo ante los contenidos, sino también ante la forma en que se expresan. En concreto, en el uso de la lengua hablada, los medios de comunicación ofrecen un campo idóneo para comprobar el empleo de la lengua y detectar muletillas y usos incorrectos. Este aspecto puede hacer hincapié en el español tal y como se utiliza en los diversos medios hispanohablantes de Miami. 


El estudio de la lengua, en los planos del sistema y de la norma, tendría que entenderse en estrecha conexión e interdependencia con las orientaciones anteriores: leyendo, hablando, escribiendo y escuchando es como se fijan y utilizan las estructuras gramaticales y textuales, como se enriquece y diversifica el vocabulario, como se afianza la pronunciación y la ortografía. A la vez, el conocimiento de la gramática, la reflexión y la práctica concreta sobre estos aspectos son procedimientos eficaces en el proceso de adquisición del dominio de la lengua. En este sentido, es necesario que la transmisión de conocimientos sobre los diversos niveles de la lengua no se convierta, sin más, en el centro de la actividad docente; por el contrario, conviene que sea, además, un instrumento para conseguir un mejor dominio de la expresión y de la comprensión. 


En este apartado la diferencia entre los cursos ha de ser de grado y también de atención prioritaria a unos aspectos o a otros. En correspondencia con la práctica de la lectura y de la creación de textos, debe dirigirse preferentemente a la pronunciación y a la entonación; a la ortografía y al vocabulario, sin dejar tampoco de lado aspectos morfológicos, sintácticos y textuales, igualmente necesarios para lograr una comprensión y expresión correcta y variada. 


La Literatura, otro de los bloques de contenido en que se organiza el programa, es un medio idóneo para conseguir, a través de la lectura de las grandes obras, la madurez intelectual y humana del alumno. La Literatura no debe entenderse como una variedad más de discurso, en el que quedan recogidas y realzadas las posibilidades de la lengua, sino sobre todo como la depositaria de ese bagaje de experiencias, emociones, sentimientos y de creación de universos que los escritores nos han legado en sus obras. Así pues, la lectura de las obras literarias es un buen medio para afianzar y enriquecer la lengua (en el plano de la comprensión y de la expresión), como también es una fuente inagotable de disfrute, de educación de la sensibilidad y de enriquecimiento intelectual y afectivo. 


A lo largo de toda la etapa hay que buscar que el alumno se convierta en un lector cada vez más consciente de lo que lee. Por ello es importante que vaya adquiriendo el dominio de las diversas informaciones que están presentes en un texto literario siempre de acuerdo con su edad y nivel de conocimientos.


En los cursos primero y segundo, el estudio de la Literatura se enfoca hacia el conocimiento de los géneros, de los principales procedimientos métricos y de las figuras retóricas más importantes. La lectura de una serie de obras completas y de fragmentos representativos ha de ocupar ya un lugar destacado. En los cursos tercero y cuarto se inicia, desde un planteamiento en que se aúnan el criterio cronológico y el de géneros, el acercamiento a los autores y obras más relevantes de la literatura española, enmarcados en su contexto histórico y cultural y en conexión con la literatura europea. El estudio ha de basarse, una vez más, en la lectura, análisis y comentario de obras completas y de fragmento seleccionados de los diferentes períodos literarios. Entre los textos seleccionados se incluirán los de autores representativos de la literatura española, europea e hispanoamericana. Siempre que se considere necesario, la lectura puede ir orientada por una guía, que no contenga un número excesivo de cuestiones, en la que se aborden aspectos tales como el resumen, la estructura, los modos compositivos, la función de algún personaje. 


Contribución de la materia a la adquisición de las competencias básicas 


El objetivo de esta materia es el desarrollo de la competencia comunicativa, es decir, un conjunto de conocimientos sobre la lengua y de procedimientos de uso que son necesarios para interactuar satisfactoriamente en diferentes ámbitos sociales. A ellos se unen competencias específicas que obedecen a las características especiales de la comunicación literaria, a las convenciones propias del uso literario de la lengua y a las relaciones del texto literario con su contexto cultural. 


La Lengua y Literatura contribuye a alcanzar la competencia en comunicación lingüística en los siguientes aspectos:

  1. Desarrollar la capacidad para interactuar de forma competente, mediante el lenguaje, en las diferentes esferas de la actividad social.

 2. Adquirir las habilidades y estrategias para el uso de esta lengua y transferirlas al aprendizaje del resto de las materias.

 3. Tomar la lengua como objeto de observación y garantizar su uso adecuado.  

 Asimismo, la asignatura contribuye a alcanzar la competencia en aprender a aprender porque ayuda a: 

1. Dominar el lenguaje como base del pensamiento y del saber, permitiendo la adquisición y construcción de nuevos conocimientos de cualquier materia.

  2. Adquirir un metalenguaje gramatical que permita «aprender a aprender» lengua. 

3. Analizar, contrastar, ampliar y reducir enunciados mediante el uso consciente de ciertos mecanismos gramaticales. 

4. Usar diferentes esquemas sintácticos para expresa una misma idea. 

5. Diagnosticar errores y proponer soluciones que los eviten en la comprensión y composición de textos.


También contribuye a alcanzar la competencia social y ciudadana en los siguientes aspectos: 

 1. Desarrollar las habilidades y destrezas comunicativas que son necesarias para las relaciones, la convivencia, el respeto y el entendimiento entre las personas. 

2. Aprender a comunicarse con los otros, a comprender lo que éstos transmiten y a aproximarse a otras realidades.

 3. Constatar la variedad de usos de la lengua y la diversidad lingüística y valorar todas las lenguas como igualmente aptas para las funciones de comunicación y de representación. 

4. Analizar los modos mediante los que el lenguaje transmite y sanciona prejuicios e imágenes estereotipadas, para contribuir a erradicar sus usos discriminatorios.   

Por otra parte, contribuye a alcanzar la competencia cultural y artística en lo siguiente:

  1. Leer, interpretar y valorar las obras literarias. 

2. Aproximarse al patrimonio literario y a los temas recurrentes que expresan las preocupaciones esenciales del ser humano. 

3. Relacionar el aprecio de las manifestaciones literarias con otras manifestaciones artísticas como la música, la pintura o el cine.

 4. Acercarse al mundo social de la literatura (autores, críticos, acceso a bibliotecas, librerías, catálogos, presencia de lo literario en la prensa…). 


Objetivos 


1. Utilizar la lengua para expresarse oralmente y por escrito de la forma más adecuada en cada situación de comunicación. 

2. Reconocer y ser capaz de utilizar los diferentes tipos de textos y sus estructuras formales. 

3. Utilizar la lengua para adquirir nuevos conocimientos. 

4. Desarrollar la lectura y la escritura como formas de adquisición de nuevos conocimientos, de reflexión, de autoaprendizaje y de enriquecimiento personal. 

5. Conocer y usar las normas lingüísticas, con especial atención a las ortográficas, que se consideren vigentes en el momento actual. 

6. Conocer los principios fundamentales de la gramática española, reconociendo las diferentes unidades de la lengua y sus combinaciones. 7. Conocer y valorar la realidad plurilingüe y pluricultural de Miami y Estados Unidos y considerar las diferentes situaciones que plantean las lenguas en contacto.

 8. Conocer y comprender las principales formas de la tradición literaria occidental. 

9. Reconocer los principales géneros de la tradición literaria. 

10. Distinguir las principales épocas artísticas y literarias, sus rasgos característicos y los autores y obras más representativos de cada una de ellas. 

11. Conocer las obras y fragmentos representativos de la literatura española e hispanoamericana y de las obras fundamentales de la literatura occidental. 

12. Aprender y utilizar técnicas sencillas de manejo de la información: búsqueda, elaboración y presentación, con ayuda de los medios tradicionales y con la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.